sábado, 18 de enero de 2014

¿Estás haciendo lo correcto para vender más?


Abraham Lincoln dijo una vez que si le dieran 6 horas para cortar un árbol, pasaría las 4 primeras afilando el hacha. La verdad que esta reflexión resulta interesante para todas aquellas personas cuya ocupación requiera una planificación previa. Y las ventas lo requieren, sin duda.

¿Cuántas veces has sentido que no tienes tiempo para hacer todo lo que quieres? Hay llamadas pendientes de ser realizadas, materiales por preparar, pedidos que pasar y coordinar, documentación que enviar, emails que contestar, informes, reuniones, etc., y parece que el tiempo se escapa y no es suficiente para atender todo. 

Como toda actividad humana, el éxito no es algo casual. Me refiero a tener buenos resultados de manera habitual. Una acción concreta puede ser fruto del azar, pero para tener éxito, en nuestro caso para ser un vendedor que alcanza o sobrepasa sus objetivos de forma regular, hace falta planificar previamente, es decir, preparar el trabajo que se va a realizar. Muchas veces nos dejamos llevar por el día a día y nos pasamos la jornada apagando fuegos y atendiendo varios frentes a la vez. Cuando eso ocurra es el momento de parar y preguntarnos si estamos dando los pasos en la dirección correcta. Porque si prestas un poco de atención verás que los buenos vendedores, los auténticos números 1, no hacen nada si no saben que eso les va a reportar buenos resultados. No se obsesionan con hacer muchas cosas, llegar a muchos sitos. Se preocupan más bien por hacer las cosas de manera inteligente; preparar esa presentación, conseguir esa reunión con una determinada persona, o asegurarse que una incidencia en concreto se resuelve de manera satisfactoria. Por tanto, recordando a Lincoln, asegurémonos que preparamos bien nuestro trabajo. 

He aquí algunas ideas que te pueden ayudar:

1.- Asegúrate que dedicas tiempo suficiente a la prospección y captación de nuevos clientes. Sólo así conseguirás que tu cartera crezca de manera eficiente. Haz de ello un hábito de trabajo.
2.- Traza un plan individual para cada cliente. Analiza su evolución y ten muy claro qué le vas a contar cada vez que le visites.
3.- Establece tus prioridades y no dejes lo más importante para el final.
4.- Emprende a primera hora las tareas que más te disgusten, menos te motiven o más te preocupen. Una vez te las quites de encima, te sentirás mejor y más motivado el resto del día.
5.- Analiza los pasos que vas a dar y cuestiónate cómo actúas. El que las cosas se hayan hecho siempre de una forma determinada no significa que deban hacerse siempre igual.
6.- Y procura hacer cada día una visita más, o una llamada más de las que tenías pensado.

La improvisación y el éxito rara vez van de la mano





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