viernes, 27 de febrero de 2015

¿Por qué los niños saben vender?


¿Cuál es la palabra que más escuchamos de niños? El “NO”; no hagas esto, no digas  aquello, no molestes al señor, etc. Y en cuanto tenemos oportunidad hacemos caso omiso de la advertencia para hacer precisamente “esto” o decir  “aquello”. A pesar de los consejos y prohibiciones, nuestra perseverancia no cesa hasta que, por ejemplo, metemos los dedos en el enchufe y recibimos nuestro primer calambrazo. Parece que el NO, no nos frena.

 Sin duda, de niños tenemos una tolerancia a la frustración y una tenacidad que ya nos gustaría conservar de adultos. ¡Especialmente si nos dedicamos a vender!

Los niños son increíbles, no entienden de límites, y ponen toda su pasión en aquello que les interesa. Y por lo general, consiguen lo que se proponen. ¿Cuál es su secreto? Simplemente no entienden el concepto de “no se puede”. Ignoran lo que hay detrás de esa idea, porque en su mundo de ilusión e imaginación, todo es posible. Y con esa pasión afrontan todos sus retos.

El pasado mes de enero tuvo lugar en Seattle (Whasington-USA) un acontecimiento que me llamó poderosamente la atención. Me refiero al evento “SoleFam 2015”. Los que ya pasan de los 35 recordarán que en nuestra infancia no era muy habitual tener más de 2 pares de deportivas, a lo sumo 3. Y en muchas ocasiones las utilizábamos precisamente para hacer deporte. Pero eso ha cambiado. Los niños y jóvenes de hoy en día tienen muchos pares de zapatillas, constituyendo un auténtico complemento de su vestuario. Es una industria que se ha desarrollado poderosamente y no es infrecuente que un niño tenga 8, 10 o hasta 15 pares. Tanto ha evolucionado el sector que hasta ha dado lugar a un mercado de 2ª mano para los más emprendedores. Parques y patios de colegio son los puntos de contacto, y los chicos compran, venden e intercambian deportivas con absoluta naturalidad. No han hecho ningún Máster, nadie les ha formado, pero dominan las técnicas del mercado de una forma asombrosa; son hábiles negociadores y magníficos rebatiendo objeciones. Pues bien, lo curioso es que los responsables de poner en marcha esta primera edición del SoleFam 2015, celebrada en el Seattle´s Space Needle, son todos jóvenes menores de 17 años, pero parecía el patio de Wall Street lleno de corredores bursátiles dando y recibiendo órdenes. El hijo de un buen amigo, con apenas 13 años,  acudió a este evento con 3 pares que ya no quería, y salió con 2 zapatillas nuevas y 85 dólares en el bolsillo.


¿Qué es lo que motiva a estos niños a obtener estos resultados? En mi humilde opinión, básicamente dos factores:
-Pasión por lo que hacen. Tienen claro lo que quieren
- No son conscientes del “no se puede”. No ven límites para lo que quieren.

Estos son los dos grandes secretos gracias a los cuales superan toda clase de obstáculos. Se animan con todo, aceptan cualquier reto, y no ven nada imposible. En resumen, son creativos en la búsqueda de soluciones o caminos alternativos que les ayuden a conseguir sus fines. Y no sólo eso; los fracasos sólo les sirven como lecciones útiles para abordar nuevamente la situación desde otra perspectiva.


¿Y no es eso lo que deberíamos hacer todos los vendedores? Muchas veces nos frenamos ante planteamientos como “no pueden recibirme hasta…”, “no es buen momento porque acaban de contratar…”, “las condiciones de la empresa no me permiten…”. Es decir, siempre con el “no se puede” a cuestas…


¡Pues seamos creativos! Recuperemos el espíritu de la infancia y con ello los valores que dejamos atrás.  Seamos imaginativos en cómo dar a conocer nuestros productos y servicios porque seguro que en algún lugar, de algún modo, aparece el "se puede". Todo es cuestión de poner pasión y perseverancia, creyendo que todo es posible. Como un niño.





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